miércoles, 28 de marzo de 2007

Nota y Fotos de Sofía Gala en Revista Rolling Stone.

Un día me estaba duchando y escuche que, por la tele, pasaban un tema que me encantaba. Salí rápido del baño pero no llegué a ver qué grupo era, entonces la llamé a Sofía y se lo canté: Sofía, ¿de quién es ese tema Tará lará lará irresponsaaables?. Y ella me dijo: ¡Son los Babasónicos!. Me encantan, es una banda freak . Y después Sofía se puso de novia con Diego, que es como un japonés, es muy oriental, divino, divino, calmo, inteligente, sensible. Se quieren. Una vez los vi sentaditos en la cama y les dije: ‘Son John y Yoko de cabotaje.” Todo ese relato pertenece a Moria Casán, a quien conocí por una bendita coincidencia, mientras entrevistaba a Sofía.

Qué emocionante es el crossover cultural de esta chica, ese cruce permanente de sensaciones, nombres de marquesina y vértigo: creció en los camarines del teatro de revista, en las filmaciones de las películas de Olmedo y Porcel y en los backstages de los programas de chimentos; y ahora es la novia precoz de un rockero maduro (36 años), integrante de una banda exitosa y bien vista. ¿Quién hubiera imaginado que la dueña de las tetas como lianas (por aquello de que todos se cuelgan de ellas, se entiende) terminaría siendo una suegra babasónica? ¿O que en su inocencia arriesgaría una definición tan simpática como peligrosa de su hija y de su yerno? En realidad, en casi cualquier parte de la vida de Sofía en que uno se detenga, se enfrenta con estas rarezas y cruces insólitos, de esos que pueden divertir e interesar en cualquier reunión social.

Antes de emtitir juicios gratuitos sobre esta chica de dieciocho años recién cumplidos –que no se hizo famosa ni por trabajar en una tira de Cris Morena, ni por ganar un scouting de Pancho Dotto, ni por haber participado en un reality show –, pensemos que el único pecado que cometió, el original, es justamente ser la hija de Moria. O sea, un pecado involuntario que la depositó en lo que ella define como “Una vida re Truman”. Sofía es famosa desde que estaba en la panza de Moria y su imagen evolucionó ante las cámaras: fue notera de un programa que conducía el Pato Galván, a los once años; posó desnuda con su mamá cuando apenas era una púber; a los quince lloró a Rodrigo y escandalizó los programas de chimentos poniéndose de novia con un señor de treinta y ocho. Tal vez por eso Sofía pone cara de asco cuando le digo que en internet subastan una revista Gente del mismísimo día en que nació, con una foto de Moria en la tapa con cara de recién haber parido (título superior izquierdo: “Moria Mamá”; y abajo, otro título: “Así vivía y así cayó Suárez Mason”). Lo primero que le sale decir es: “Me he visto tanto en fotos de revistas… Vi fotos mías de cada año de mi vida, desde la panza hasta hoy. La verdad, que una revista del día de mi nacimiento… ¡que se la metan en el culo!”.

No existe un álbum familiar. Moria me dice que odia esas fotos, que le dan impresión, que no saca ni atesora fotos. Las revistas podrían reemplazarlo, pero a ellas les interesa menos aún conservar esas revistas. Dice que lo único que cree tener en algún lado es un video de la primera papilla de Sofía, pero que, después de esa vez, nunca más la filmó.

Sofía, en cambio, sí saca fotos. En el desorden de la mesita ratona del living de su casa, hay un álbum (todavía usa una cámara con rollo) con una foto en la que están besándose ella y su novio babasónico Diego Tuñón (una de esas autofotos fuera de foco) y las típicas de amigos sacando la lengua. Eso y atender el teléfono con una ansiedad indisimulable, porque espera la llamada de un amigo que le promete presentarle a Andrés Calamaro, son casi lo único que la devuelve a la vida normal de una chica normal. Eso y ceniceros desbordados de cigarrillos, unos papeles Ombú para armar, varios controles remoto, joyas de fantasía (¿o serán de verdad?), unos blisters con antibióticos, anotaciones, tarjetas de crédito con su nombre.

Deben de ser las once y media de la noche y César, el abogado y manager de Sofía y Moria, pide comida por teléfono (desde un teléfono de Pluto con auricular con forma de hueso, que suena como una especie de rezongo estridente del Pato Donald: insoportable). Nosotras elegimos pollo con puré y Tuñón, que avisó que venía a cenar, le dijo a César que le pidiera asado con papas fritas.

No sé todavía si es a favor o en contra de mi anecdotario social, pero en la casa no hay mucho clima de intervie w. Estamos sentadas en el futón del living y Sofía está más bien dispersa y, mientras corre la cinta del casete, ella va y viene, atiende el teléfono, va al baño, trae botellitas de Coca-Cola, pone un vinilo de Los Rodríguez. Me obliga a poner pausa constantemente porque es de mala educación dejar corriendo el grabador cuando el entrevistado habla por teléfono. Ya había pasado algo parecido en otra nota que le hice hace casi un año para otra revista: estábamos en su viejo departamento y ella se movía, caminaba, se miraba en el espejo, me contaba intimidades y se arrepentía y me pedía que no las publicara. Empiezo a sospechar que, después de toda su vida de notas, se ha vuelto una experta en medios y tiene la capacidad de decodificar cada estilo y cada necesidad periodística: entonces, dice boludeces petardistas para Caras o Pronto (chequear en cualquier revistero amigo) y ofrece su versión más reflexiva, rocker y desprejuiciada para Rolling Stone. Porque, ya verán, es capaz de observar y analizar su ecosistema con precisión. A poco de estar con ella, una está tentada de coincidir con las señoras que la ven en los programas de chimentos: tan rápida y lúcida, no parece de dieciocho años. De hecho, en los días en que se hizo este reportaje todavía tenía diecisiete y llegó a la sesión de fotos acompañada por César, que estuvo pendiente de que la situación no se volviera prohibida para menores. Porque en otras revistas ya hizo de perra dice él. Y no le gustó.

Sofía tiene una postura casi política al respecto: No me parece mal que la gente se ponga en bolas o muestre las tetas; las tetas se tienen que naturalizar de una vez por todas. Pero me molesta que la mujer rebaje a la mujer. Por ejemplo: una mujer que está mirando a otra por la tele. La de la tele calienta al marido, le pone el culo en primer plano, le engrasa la pantalla. Y para lo único que sirve es para eso y para bajar la autoestima de todas nosotras. La verdad, ver ocho tetonas, que lo único que hicieron fue meterse primero en un quirófano y después en la tele… y verlas todo el tiempo exhibiéndose, ‘la lechita, la colita, qué chanchita’… Me parece injusto. No seas tan alevosa, hay mujeres que te están mirando y no todas somos unas putas como vos. Una cosa es una producción de fotos, una nota, mostrarse, venderse. Pero todo el tiempo no da. Encima ahora, en la tele, lo único que ves es yogur y culos, yogur y culos. Loco, ¿no hay otra cosa para ver en la tele que no sea yogur y culos? Una publicidad de lácteos, ejemplo: aparece Pampita con el culo así: ‘Probá los lácteos La Serenísima’. ¡¿Qué carajo tiene que ver el culo con la cabeza?!. Parece que los culos sirven para todo.

¡Estamos en la edad del pajerismo! Este es un siglo pajero. Todos somos unos pajeros. Nos han convertido en pajeros que sólo miran culos y tetas. Y en realidad es la manera más ordinaria de la belleza. Se muestra esa estética como la belleza ideal de la mujer, como si eso fuera lo único que buscan todos los hombres. Es una tele para hombres. Estamos viendo Venus codificado pero al aire y las 24 horas. Lo único que falta es que chupen pijas en vivo, porque el resto lo hacen todo. Muy poca gente no tiene tele. La mayoría de nosotros llega a su casa y prende la televisión. Mucha gente lo único que ve es aire, ¿entendés? Lo único que ve es todo esto. ¿Cómo le queda a esa gente la cabeza?

La prima kiosquera que interpretó durante el año pasado en Los Roldán era, a los fines de la serie, irrelevante en comparación con el kiosco en sí: un pnt donde ella fiaba tal o cuál golosina. Para Sofía, ése fue su primer trabajo actoral serio (los sketchs que hizo alguna vez con Moria no los cuenta). Serio porque cumplió horarios, memorizó líneas y no se subió al caballo desbocado del protagónico fácil: “A mí no me gusta hacer el ridículo. Usualmente siento que no lo hago, nunca lo hice. Para hacer las cosas, tengo que hacerlas bien. No hay que escupir al cielo. Tenés que tener una preparación para hacer un personaje principal; era la primera vez que iba a la tele y, por ser la hija de Moria, no quería que me dieran el lugar de una de las hijas de Roldán. Yo quería un papel secundario para aprender a trabajar.

Su segundo trabajo actoral serio empezó ahora, con su rol de hija adoptiva (incluye desnudo en escena) de un matrimonio gay en la nueva obra de Fernando Peña, Yo chancho y glamoroso , que cumple por estos días con esa particular tradición teatral que convoca al escándalo y que se dio en llamar temporada marplatense. Además, se sumó a Mugre, la otra obra de Peña en cartel, en la que hace un bolo semanal. ¿Cómo llega Fernando Peña, el campeón border , a elegir a Sofía Gala Castiglione, la hija de Moria Casán, para su nueva obra trash ? El mismo lo explica: En la época en que yo hacía El niño muerto , Ronnie Arias encontró un día a Sofía besando el póster de la obra afuera del teatro. Me lo contó y me conmovió. Desde entonces la tuve presente. La elegí porque es totalmente espontánea y no está intoxicada con los tics y los vicios teatrales tradicionales, que me molestan mucho. Es muy sensible y fue educada en libertad. Yo necesitaba la imagen de una chica fresca, frágil. Sofía es casi como una estampita de la virgen que tiraron en la calle.

El argumento de la obra es bien peñiano (je, suena gracioso): un matrimonio gay que adopta a dos chicos y se vuelve mediático. Eso no está muy lejos de ocurrir y muestra lo desordenada, desprolija, antiestética y antiética que es la televisión. Y yo sé de eso: la primera vez que entré en un estudio de televisión fue con mi padre, a los 9 años. Ahí hay un punto de encuentro con Sofía: la fama o lo mediático no fue descubierto en la madurez sino desde niños. Sabemos qué es estar con tu padre o tu madre y que te paren en la calle, los flashes, todo eso.

Ella podría decir de él, en un diálogo imaginario: Si él me lo pide, yo le chupo el culo. Primero, hago lo que me pida porque es mi amigo; segundo, porque es un maestro para mí. Y él diría de ella: Amo sus tetitas y el corazón que tiene detrás de una de ellas.

El departamento de tres ambientes donde vive Sofía hoy fue la primera propiedad que se compró Moria con ahorros propios (simbólico, ¿no?). Ahora, la hija lo redecoró a su gusto. Su definición del color de las paredes: Amarillo arena concentrada de Mar del Plata. La mía: Letras de la etiqueta de Absolut Mandarina”. Su defensa: “¡No es tan chillón!”. Mi evasiva: “Debo de ser medio daltónica. En las ventanas hay pegados unos dibujos chamanísticos, hechos con témperas y crayones. La explicación: Nos juntamos con mis amigos la primera noche que yo iba a dormir acá. Hicimos como una ceremonia. Vinieron Juampi, Pachu, Cindy, Lola Berthet, Diego un grupo de once o doce. Comimos; uno trajo una torta. Nos pusimos a dibujar y se fueron tipo siete.

Una vez que llega el delivery nos sentamos, y es el momento de una charla más o menos protocolar. Hasta que suena el timbre. Y, ¡aleluya!, llega Moria: calzas grises, remera elastizada de gym , zapatillas Nike, botella de litro y medio de agua mineral, pelo suelto con extensiones negras.

Dos o tres veces por semana va a tomar el té al departamento de Sofía. Esta fue una de esas veces. Me sorprendo al ver que la televisión está encendida ¡y Moria está de este lado! Se sienta a ojear el diario. Mientras todos quisiéramos disimular el shock y poder seguir comiendo como si nada (bah, yo sola, en realidad), y sin que nadie se lo pida, arranca desde el futón: A los seis años Sofía sabía toda la obra Brujas [en la que trabajaba Moria] de memoria. Decía la letra de todas las actrices, ¡y paraba hasta para hacer las risas del público! Tiene una memoria privilegiada esta chica. Me volvía loca.

Más o menos por esa época, el director del colegio privado al que iba Sofía llamó a Moria por teléfono, muy preocupado, para contarle que su hija acosaba a sus compañeros varones, se les tiraba encima y los besaba. Entonces Moria fue a la escuela, como lo hubiese hecho cualquier madre inquieta. “‘Oigame’, le dije al director, ‘Lo que hace la chica está perfecto, es una manifestación de su sexualidad. No le voy a decir nada, es una cosa natural, ¿cuál es el problema?’. Si le decía que no se tire encima de un chico le iba a inculcar algo malo, porque lo que ella hacía era un juego. Creo que al final al chico acosado lo cambiaron de división.” Eso, confiesa la mamá, fue lo más parecido a una reunión de padres a la que haya asistido. Y tampoco le gustaba ir a los actos: “Si podía, iba cuando hacía alguna representación, pero a la tarde, porque jamás me voy a levantar a las 8 de la mañana para escuchar cómo canta ‘Aurora’ un grupo de escolares, por más que sea mi hija adorada”.

Mario Castiglione se separó de Moria cuando Sofía tenía tres años y murió diez años después. Sofía vivió más con los novios de su mamá que con su padre y, por lo general, hizo buenas migas con todos. En la escalada morbosa de la televisión, alguna vez se debatió si las relaciones de pareja de Moria podrían generar una especie de “síndrome Lolita” entre Sofía y sus padrastros (mayormente mediáticos). Incluso Jorge Rial llegó a disfrazarla del personaje de Nabokov y la puso en un montaje sobre la última versión de Lolita, que protagonizó Jeremy Irons.






¿Se pelean?

Mucho, pero nos amamos y nos amigamos.

¿Cuáles son los disparadores de las peleas?

Depende del día. Hay veces que yo no le digo nada y me ataca y nos empezamos a putear en seguida.

¿Con insultos?

¡Con piñas! Piñas, boluda. Me han tenido que agarrar para que no le pegue a mi mamá. Las dos tenemos un carácter muy fuerte y, cuando nos peleamos, agarrate de las paredes.

No me quiero imaginar

El cenicero de Susana como mínimo. ¡Nos hemos tirado cada cosa! Vuela todo. Somos Mortal Kombat 1, 2 y 3. Pero desde que me mudé casi no tenemos esas peleas. La convivencia es tremenda.

En algun momento de su incontinencia narrativo-autobiográfica, Sofía le contó a algún medio (alguno en que seguramente era útil una escandalosa confesión adolescente) que a los quince años había tenido un coma alcohólico. Y los medios sobreexpusieron hasta el cansancio un hecho que ella define simplemente como una anécdota más de mi vida. Claro: ¿cuántas borracheras violentas le quedan por pasar a una chica noctámbula y rocker de dieciocho años? Después del problema que tuve, a mi estómago le cuesta mucho más absorber el alcohol, me pongo en pedo en seguida. Una noche estábamos en el Club 69. Yo no había comido. Me había tomado siete birras ¡Encima con birra! Soy una loser, no te podés poner en pedo con birra. Cualquiera. Estaba re mareada y vomité todas las paredes. Me agarró Gastoncito Pauls, me rescató y me llevó a mi casa. Había un montón de gente y yo no podía ni caminar, y cuando tenía que bajar la escalera pensaba acá me mato. Otra vez me rescató Juana Viale, yo estaba muy mal y me dijo ‘Vamos, Sofía, vamos.

El teléfono con forma de Pluto y con voz de Pato Donald vuelve a sonar. César atiende y le dice a Sofía: “Es Lucas, dice que lo atiendas ahora”. Sofía da un salto de araña de campo, con sus patas flacas y largas, y agarra el auricular con forma de hueso. Por la cara sospecho que Lucas es el amigo de Calamaro. Apago el grabador, pero ahora arriesgo mi trayectoria de sujeción a la etiqueta periodística y reproduzco lo que escuché de esa charla: “¡Hola! ¿Quién es? Ah… hola. Bien, todo bien. Bueno, dale, bueno, chau.

Cuelga y vuelve al futón con su máxima cara de pícara.

¿¡Era Calamaro!?

Sí.

¿Y qué te dijo?

Nada. Qué me va a decir. Me están jodiendo. Debe pensar: Esta loca de mierda, psycho.

¿Es la primera vez que hablás con él?

Sí.

¡Háganse amigos!

No podría, es alguien a quien admiro. Ni siquiera me gustaría conocerlo. Viste que cuando conocés a una persona que admirás se te baja.

No te va a pasar, no tengas miedo.

No tengo miedo.

Perdón, ¿estoy más excitada yo que vos con esa llamada?

C’est la vie. Es que este Lucas me puso en una situación horrible. ¿Qué iba a hacer? ¿Qué le iba a decir? Ahora me doy cuenta: ¡lo que acaba de pasar es re loser! ¡Que no se entere nadie! ¡Loserísimo! Lo más loser: yo. Encima no sé si era, mi amigo Lucas es tan pelotudo que por ahí ni era él.

¿Pero qué te dijo exactamente?

¡Basta! Me dijo: Hola, cómo andás, bien, bueno, chau. Y yo me quedé así.

Invitalo a cenar.

No, no me gustaría conocerlo. Es lo mismo que conocer a Keith Richards. Me muero, pero me muero mal, porque me bajaría un montón de peldaños. A mí me gusta escucharlos, verlos en la tele, que sean inalcanzables.

¿Te desilusionaste con alguien?

Sí, admiré a gente y cuando la vi me pareció un destastre. Yo creo que es por eso.

¿Quiénes?

La mayoría de la gente que admiré. La única persona que admiro, que conocí y me siguió pareciendo lo más, es Nacha [Guevara]: ¡es lo más! La ves y es una luz. Pero en general a la gente que admiro prefiero no conocerla.

Sos la anti groupie.

Es que, si encima salgo con un músico y soy groupie, soy lo menos.

¿Y con las chicas babasónicas cómo te llevás?

La última vez que los fui a ver me tuvieron que agarrar, porque una piba me miraba y me cantaba Oh sí, estoy mirando a tu novio y qué. Y yo le gritaba ¡Puta!. Y yo soy muy manolarga. Te agarro y te marco la cara seguro. Así que mucho cuidado conmigo.

La tarde siguiente a la cena, Sofia me recibe en su casa con una fuente de cerezas gigantes y su gato persa (también gigante) en brazos. De día las paredes del departamento son, efectivamente, color etiqueta de Absolut Mandarina. Pero no se lo voy a decir. Otra vez está dispersa: ahora porque organiza sus vacaciones en Brasil con Tuñón y su amigo-pegote Juampi Mirabelli, un chico simpático de veintidós años, eventual novio y actor en las obras de Fernando Peña. Los tres se van juntos ocho días a una posada en Isla Grande. Por tradición familiar, y desde ahora por responsabilidad laboral, Sofía pasa los veranos enteros en Mar del Plata. He ido algunas veces a Punta del Este y odié. Va toda la careteada horrible de acá. Las minas que van vestidas y producidas. No me da ir a la playa para que me estén sacando fotitos tipo Cuál es la mejor concha de la temporada. Eso es para Rocío Guirao Díaz, para mí no. Traté de ir a todos esos lugares donde esta gente va, a ver si encajaba, porque la verdad es que toda esa gente ahí parece chocha y capaz que yo me estaba perdiendo de algo. Pero no pude, me pareció todo una figaceada de principio a fin.

También por tradición familiar, Sofía construye sistemáticamente relaciones atípicas: tiene pocas amigas mujeres y esas pocas son mayores que ella, se junta con rockeros de más de treinta, su manager-abogado le atiende el teléfono como si fuera un mayordomo y ella le pide plata como si fuera su papá (antes de la cena ella lo encaró: César, ¿me das doscientos?). Peña define: Sofía y Juampi tienen una de esas relaciones modernas que tienen ahora los chicos. Son amigas, amiguitos, novios, ardillitas histéricas. Las relaciones de los chicos son así ahora, muy sanas. Duermen juntos, salen juntos, comparten todo. El todo incluye situaciones de máxima confianza como que Sofía le depile con cera la espalda a Juampi. Su interacción tiene un encanto absolutamente teen. Peña tiene razón, son ardillitas. En esa dinámica tan de amiguitas de colegio, Tuñón parece un buda contemplativo (lo dijo Moria: es como un japonés). Uno puede suponer que a él también le resulta tierno y simpático verlos comportarse. Y mejor debe de sentarle formar parte de ese team inquieto.

¿Cómo se resuelven las asimetrías sexuales? Bah, tu álgido momento hormonal contra la madurez sexual de tu novio.

¿Sabés que ya no estoy en un momento tan álgido? De chica era muy calentona, me quería coger hasta las plantas, tocar todo lo que estuviera vivo, manotear todas las vergas posibles. Pero fue una etapa, ya no tengo la calentura de los chicos de 17. De ninguna manera. Hay gente a la que le dura menos el hormonazo.

¿Nunca estuviste con una chica?

¿Si besé a una chica? Sí. A una amiga mía. Nos besábamos a veces, porque todas tenemos una etapa medio lésbica en algún momento, pero a mí me habrá durado dos semanas. Era por curiosidad.

¿Se tocaban?

No, sólo nos besábamos.

¿Diego, tu novio, sabe?

No sé si le conté. Yo amo a los hombres. Amo a las tortas, pero no lo volvería a probar porque me di cuenta de que no me gusta, fue una etapa de curiosidad. Yo necesito una pija. Siempre. No podría vivir metiendo un dedo, necesito que me penetren, mi amor.

Es posible que Sofía sea la representante visible de una generación que se relaciona con la sexualidad de una manera más distendida y consciente: una generación postsida, que se anima al homo flirt (besos entre chicas/os) y que debutó mucho antes que sus padres y con un forro puesto. Tal vez por eso se tomó con sorna el escandalete mediático que se armó cuando se supo que mostraba las tetas en la temporada marplatense. “Tanto quilombo por un par de tetas”, dijo en la televisión. Durante la sesión de fotos, mucho antes del mentado asunto de las tetas, Sofía no dudó en tirarse leche encima ni en posar en topless, pero aclaró: “Que no se me vean del todo. Si no van a estar una semana entera hablando de mis tetas. De una teta te hacen un mundo.

Lo dicho. Después de tanta tontería, quisiera que esta vez le gusten las fotos a Moria.


Carla Conte en Paparazzi






Biografia y Fotos de Emilia Attias para Revista Gente






Fue una de las chicas "hot" y sensación del verano 2005. Esto le dio entrada a la tira cómica diaria "No hay 2 sin 3" y ya comenzó a ser solicitada por las revistas, tal es el caso de Revista Hombre. Emilia Attias tiene 18 años y es la modelo argentina morocha del momento. Con su personalidad avasallante y sus medidas 92-60-92, esta arrasando con todo en el dificil mundo de las modelos. Ya arranco en TV como la nueva bomba sexual de No Hay 2 sin 3.

A Emilia Attias le dicen "Emi" y esta totalmente en ascenso, le llueven ofertas de trabajo publicitario y cada vez cobra mas dinero por lo que hace, se lo merece especialmente cuando aparece desnuda.

Dice que no tiene novio, que esta sola, y que los rumores de que esta saliendo con Jose Meolans son simplemente mentira, que solo son amigos. Aclara que prefiere hombres que no sean famosos. A Emilia Attias le vemos una onda cuasi-tarantinesca que nos parece la pone al tope de los nuevos descubrimientos de modelos argentinas, realmente tiene una actitud excelente y por supuesto acompañada por un lomo espectacular.
Si algo enloquece a nuestro entender de Emilia Attias es la boca, y la intensidad de la mirada. Es increible que tenga tanta polenta con 18 años, impresionante este nuevo descubrimiento, ya la revista Gente la habia detectado en el verano y la puso entre las mejores de la temporada.

Una sugerencia tenemos para hacerle a Emilia Attias: es espectacular que haya empezado como modelo, le falta mucho por recorrer porque recien tiene 18 pirulos, pero realmente deberia ponerse ya a estudiar teatro y actuacion. Tiene muchisimo caracter en la cara, y mucha fuerza, mucha "attitude" y eso lo deberia capitalizar en la pantalla grande. Que ni pase por la TV, que vaya directo al celuloide (aunque ya la anotaron en No Hay 2 sin 3).

Que bueno seria si alguien, quizas la revista Maxim o Gabo, podria hacer una produccion de fotos con Emilia Attias desnuda y subirle los decibeles "dark" o medio sado masoquista (como aparece en la primera foto de abajo pero desnuda), asi con el pelo morocho fuerte y fumando, una onda realmente heavy pero con mucha onda, como para una pelicula de David Lynch o Quentin Tarantino.


Fotos de Alejandra Pradón






lunes, 26 de marzo de 2007

Biografia y Fotos de Dolores Barreiro en revista Gente

Dolores Barreiro nació en Córdoba el 22 de Julio de 1975 y es la mayor de seis hermanos.

Gracias a su 1.78m y a sus 85-60-90, en 1983 fue la primera ganadora del concurso "Dimensión Top Model" en el que concursaron mas de 5000 chicas.

Comenzó su carrera como modelo en 1984 y desde tres años a esta parte se la considera la modelo numero 1 de la argentina.

En 1997 comenzó su carrera como conductora televisiva al frente del programa "El Rayo". Llevo adelante el ciclo durante cuatro años (1997-2000 inclusive), logrando consolidarse en la conducción. También estuvo a cargo de la conducción de "Popstars" que emitió Disney Channel.

Dolores cuenta con una excelente imagen publica y es reconocida como una profesional tanto en el mundo de la moda como en el de los medios de comunicación. Desfila solo en eventos exclusivos (Roberto Giordano, Buenos Aires Fashion Week, etc.), producciones (Sábado Bus, Caras, Gente, Para Ti, Planeta Urbano, etc.) y realiza campañas publicitarias para importantes marcas locales e internacionales (Class Life, Jhon L. Cook, Quilmes, Lux, Paula Cahen d'Anvers, Mimmo, Caffarena, Fravega, New Factory, Fancy, Corona, etc.).





domingo, 25 de marzo de 2007

Susana Giménez en Paparazzi

¡Por fin! El año sabático de la diva ya es historia. A las 19.59 del jueves 22 de marzo, y con un escotado vestido negro con transparencias, Susana regresó a la televisión e hizo explotar las mediciones de audiencia. Según el minuto a minuto, los picos de rating rozaron los ¡35 puntos! Señoras y señores, de pie. La gran estrella argentina está otra vez entre nosotros.
El 2005 fue un año durísimo en su carrera. Una guerra televisiva que incluyó cambios de horario, programas diarios de dos horas, y críticas e indirectas por parte de sus competidores hicieron que Susana Giménez viviera uno de sus peores ciclos. Pero la diva le puso el pecho a todo y a todos, y dio batalla hasta que finalizó aquella temporada tan difícil. En cambio, 2006 la encontró en otra situación. Susana se tomó un año sabático que incluyó tiempo para el descanso y los replanteos, viajes por todo el mundo –por ejemplo, pasó el verano europeo en Saint Tropez–, su presencia junto a su novio, Jorge Rama, en el Mundial de fútbol de Alemania, y el festejo de su cumpleaños en Las Vegas la mantuvieron entretenida y alejada de la vorágine que imponen el rating y la exposición.
Pero un día la reina de los teléfonos decidió volver. Y lo hizo a lo grande. “Aunque puedo vivir sin trabajar en la tele, vuelvo porque en la calle la gente me para al grito de: ‘¡Te extrañamos!, ¡Te necesitamos!’ Y para festejar mis dos décadas seguidas con el mismo programa”, dijo entre feliz y emocionada, la noche del jueves. La noche de su regreso. La noche en que la televisión argentina dejó de extrañar a su figura consular.

El debut.
“Susana estuvo muy tranquila durante todos los días previos al debut. Pero me pasó los nervios a mí. Ella está feliz de volver a encontrarse con su gente. Todo salió como lo esperábamos desde que en octubre empezamos a armar el programa”, contó el productor Gustavo Yankelevich.
Susana llegó al canal a las 5 de la tarde y, desde ese momento, empezó a producirse para lo que sería la gran noche de su regreso. Un minuto antes de las 8 de la noche, las luces se encendieron y las cámaras volvieron a mostrar a una de las figuras más importantes del espectáculo nacional. “Vuelvo porque me di cuenta de que la gente me quiere. ¿Hay que irse para que a una la reciban con tanto amor? Ni yo creo que cumplo 20 años con el programa. En todos estos años he cambiado de casa, productores y marido, menos de peluquero y de forma de ser. Gracias al público me siento apoyada, me llenan de luz y de energía. Pero no voy a llorar porque no lo hice durante todos estos años. Y desmiento lo que se dijo de que me retiraba: este no será mi último año”, aseguró. Espléndida como siempre, lució un vestido negro con cola y espalda de encaje de Carlos Di Doménico, y las joyas fueron de Swarovsky: “Al diseñador le pasé las medidas por teléfono. Encima, como mi perro había roto el centímetro, medí cualquier cosa. Y el vestido lo hizo en tres días y medio”. Y si a los resultados nos remitimos, el regreso fue todo un éxito. El programa tuvo picos de 34,3 puntos de rating. Cuando se lo contaron a Susana, sólo atinó a mirar sorprendida y felicitarse con Yankelevich.

Exito asegurado.
El programa, que tiene una tribuna y un living de amplias dimensiones, arrancará cada día en su clásico horario de las ocho de la noche (con el acuerdo con Claudio Villarruel de que el programa no se extienda más allá de las 9), los clásicos sorteos con entregas de premios, un sketch protagonizado por la propia Susana, y el regreso de Antonio Gasalla con su legendario personaje de Mamá Cora.
Pero eso no será todo. En este 2007 la Giménez apuesta ciento por ciento al formato reality. Con el Circo de las estrellas, la diva presentará un segmento con fines benéficos que tendrá como protagonistas a muchos famosos que harán equilibrio, malabares y pruebas como si participaran de un verdadero circo, y que deberán demostrar sus habilidades para continuar en el programa. Entre los famosos están Leticia Brédice, Juan Alberto Mateyko, Paula Colombini, Paula Trápani, Divina Gloria, Esteban Prol, Pablito Ruiz, La Leona Luciana Aymar y Toti Ciliberto. Los concursantes fueron presentados al llegar al estudio de Martínez en antiguos autos Ford. “A mí también me gustaría participar de alguna de las disciplinas”, confesó la diva.

Infaltables.
En su vuelta a la tele, acompañaron a Susana sus amigas Celia Sofovich y Teté Coustarot; su novio, Jorge Rama, su hija Mercedes, su nieto Manuel y su yerno Eduardo Celasco, quienes compartieron el festejo, al finalizar el programa, en el restó La Rosa Negra, en Martínez. Allí, Leticia Brédice, que lució un vestido que le regaló la propia Susana, aprovechó para decir: “Somos muy compinches. Nos queremos mucho. Ahhh… yo no estoy embarazada. Sólo tengo panza por comer. Y como no me interesa nada, voy a seguir comiendo y agrandando mi panza”, aseguró la actriz.

Donde hubo fuego…
Pero quien quiso estar presente el día del debut fue nada más y nada menos que Jorge Corcho Rodríguez, ex pareja de la diva. Según contaron vecinos de la mansión de Susana sobre la calle Dardo Rocha, en el aristocrático Barrio Parque, el martes 20 la estrella recibió varios ramos de rosas amarillas a nombre de Corcho. ¿Será cierto? Por ahora, los únicos datos concretos son el regreso de la diva, el impresionante rating de la primera emisión, sus ganas de seguir, el carisma intacto y el romance eterno que disfruta con su público. Tratándose de Susana, de la genial Susana Giménez, con eso alcanza.

Fuente.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Katia Fucks en Revista Hombre

Les publico las Fotos y la entrevista Hot que le realizaron en Revista Hombre.



Qué tenés de mujer tanguera?
-Soy medio arrabalera, que se traduce en mi gusto por ir al frente. Además, me encanta ser la que lleva el orden y la dirección de lo que pasa a mi alrededor; si se da así, mucho mejor.
-¿Qué rescatás del cuerpo a cuerpo en un 2 por 4?
-De la película "Bailamos", con Jennifer Lopez y Richard Gere, me encantó la sexualidad visual que la pareja transmite en todo momento. Al verlos sudar dije "¡guau!", quiero que me pase eso ya.

-¿Te hubiera gustado bailar con un vejete como Richard Gere?
-Naaa!!! Con Jennifer, de una. Es muy bonita... No te digo que mi fantasía es estar con cinco mujeres, pero sí con una. Para nosotras, la excitación visual es fundamental, es lo primero. Después viene el tacto y llegar a darnos masa. En cambio, el hombre se maneja al revés: no importa si la compañera es linda o fea, sólo se apela al contacto directo...

-Con tu teoría, ¿la mujer se excita más que el hombre con una porno?
-Para que se dé así tiene que ser una muy bien hecha estéticamente. Las de gays no me van ni un poco, pero las que muestran a dos mujeres a full, sí. El cuerpo femenino me parece mucho más armónico y bello que el masculino. Mi hombre tiene que tener un buen culo, un abdomen marcado, bonito de cara, buen porte y, como si fuera poco, todo un caballero.

-¿Y para que una mujer te caliente???
-Tiene que tener unas lindas lolas, como las mías. No del tipo Luli Salazar, porque con un par de esas me ahogo, pero sí unas como las de Pampita... ¡Qué lindas tetas que tiene!!! Ojo, que lo digo a nivel de admiración.

-Tipo "quiero ser tu fan"...
-Seee, un buen escote me da muchas ganas de mirar. No llego a querer tocar, pero los ojitos se me van de una y relojeo mucho, así como un hombre se da vuelta para mirar la cola de una mujer cuando ella pasa delante suyo.

-¿Cuál sería el siguiente paso?
-No sé, todavía no llegué hasta ahí porque son sólo fantasías. Siempre dejo la puerta abierta porque mi cabeza es así, bien "open mind".

-¿De tu boca nunca sale un no?
-Si hay mucho diálogo con la pareja, puede llegar a pasar algo con un tercero; así que, en ese sentido, es verdad: nunca un no. No sé si falta mucho para que pase, porque cuando llega, llega. Sin dudas que el protagónico se lo lleva una chichi, porque sería un regalo para mí -en primer lugar- y también para el hombre.

-¿Y con la que cierra el trío?
-Darle unos besos seguro y también, jugar con sus tetas. Tampoco descarto hacer la gran tijerita entre las dos o llevar la relación a un plano más oral.

-Me gustó lo del plano oral...
-Todo depende del día, pero en líneas generales me gusta que el vínculo sea parejo: a veces yo y otras, él; aunque al mismo tiempo también me cierra como una propuesta medio salvaje. En cuanto al sexo tradicional, lo más wild fue en un bosque, sobre un árbol cortado y practicando la sentadita...

-¿Otras posiciones de preferencia?
-El perrito o que me apoyen contra una pared y como lugares, el baño está muy bueno. Pero no me vengan con eso del cambio de parejas: la onda swingers no me va para nada. Igual, nunca digas nunca, porque el caminante se hace camino al andar.

-Sobre todo en aquellos terrenos del cuerpo más embarrados...
-Claro, hay que ir de a poquito; paso a paso, poco a poco, se llega!!!


Carolina Peleritti en revista Luz

Dueña de una imagen avasallante, se ganó el mote de femme fatal. Modelo en los ‘80, impuso un estilo propio y se convirtió en una auténtica top. Pero después de siete años dejó todo para dedicarse a la actuación. A punto de debutar como protagonista del film ¿Quién dice que es fácil?, reafirma su decisión y confiesa sus ganas de convertirse en madre.

Aunque hace más de una década dio vuelta la página para dedicarse a la actuación, al verla posar durante la sesión de fotos que se realizó en el Hotel Emperador, queda claro que Carolina Peleritti aún conserva fresca en la memoria aquella época en la que brillaba como modelo. Divertida, se entrega a la producción y responde a cada una de las indicaciones del fotógrafo. Sin embargo, cuando la cámara se apague volverá a jugar el juego que más le gusta y que eligió para sí a principios de los ‘90, cuando la convocaron para ensayar la obra Orinoco, junto a Inda Ledesma y Susú Pecoraro. “Fue un estado de plenitud muy grande. Ahí descubrí que actuar era lo que quería hacer”, dirá a lo largo de la entrevista. Pero su desembarco en la nueva profesión no fue fácil. Tras un fallido debut en Cibersix, en televisión, decidió replegarse para regresar unos años después, y en otro ámbito, el del teatro, con Confesiones de mujeres de 30, Monólogos de la vagina, Porteñas y La señorita de Tacna, donde hizo un desnudo que decidió preservar por contrato de las promociones de la obra. Mientras tanto debutaba en la pantalla grande con un pequeño papel en Geisha, El lado oscuro del corazón II y Samy y yo; y probaba nuevamente suerte en la televisión con 099 Central, Historias de sexo de gente común y #15. Consciente de que las cosas llegan justo en el momento oportuno, ahora está abocada a disfrutar de su primer protagónico en cine, junto a Diego Peretti en la película ¿Quién dice que es fácil? y sueña, más allá de la ficción, en formar su propia familia.


-Contanos cómo es Andrea, tu personaje en la película.
-Es una fotógrafa de treinta y pico, que vivió en el exterior durante 15 años y tiene una mentalidad muy libre, muy abierta, que experimentó lo que quiso y cuando queda embarazada decide volver a la Argentina para echar raíces. Ella no sabe quién es el padre de su bebé, y creo que para una mujer no debe ser una situación fácil.

-¿Y qué cosas tiene de vos?
-Puede ser que tenga condimentos, pero no soy yo. Y eso es lo más interesante, poder transitar esa personalidad tan llena de matices. Aunque es muy libre, y yo personalmente también soy una mujer libre. Viajé, trabajé, hice lo que quise, pero quizá tengo un cable un poco más a tierra.

-¿Te animarías, como ella, a tener un hijo sola?
-No, yo no me animaría. Soy más de la idea de tenerlo con un hombre, de estar acompañada y poder compartir eso.

-¿Y este deseo se da ahora, o siempre lo tuviste?
-Soy canceriana, así que el tema de la maternidad no es algo que esté en la vereda de enfrente. Pero a lo largo de mi vida primero me dediqué intensamente a trabajar como modelo y después como actriz. La verdad es que no se dio y tampoco lo planifiqué ni lo quiero hacer. Se dará cuando sea el momento y con la persona adecuada.

-¿Sentís que el hecho de haber tenido parejas que ya tenían hijos conspiró contra eso?
-No, porque mirándolo a la distancia, si se hubiera dado, lo hubiera tenido. En ese momento yo también era muy chica, estaba trabajando mucho y tenía mi energía puesta en otro lugar.

-Vos tuviste dos relaciones muy emblemáticas, una con Gerardo Romano y otra con Luis Alberto Spinetta, ¿cómo viviste puertas adentro aquel momento de tanta exposición?
-Cuando uno se enamora de una persona hay una eclosión interna, que tiene que ver con ese estado de enamoramiento que es maravilloso poder vivir puertas adentro, pero muy difícil de vivir puertas afuera, y así lo viví yo. No creo que no haya nadie a quien no lo afecte o lo ponga nervioso semejante nivel de exposición.

-¿Seguís teniendo relación con alguno de ellos?
-Tengo contacto, pero no sigo viéndolos.

-Y ahora cómo estás, ¿sola o acompañada?
-Yo te agradezco por preguntar, pero la verdad es que es algo que no me gusta compartir. Ya no. Ahora, si estoy sola o acompañada, forma parte de mi intimidad.

-Bueno, entonces volvamos un poco al trabajo ¿Cómo fue ese momento en el que hiciste el click y decidiste dejar tu carrera de modelo para dedicarte a la actuación?
-En realidad empecé a estudiar teatro cuando tenía 18 años, mientras trabajaba como modelo, pero no había todavía un deseo claro de ser actriz. Comencé a hacerlo porque era muy tímida, pero eso me ayudó mucho para empezar a gestar lo que vino después.

-¿Y en algún momento tuviste temor al prejuicio ajeno?
-Mientras trabajaba como modelo hice una obra de teatro que se llamó Orinoco, y ahí fue cuando descubrí qué era lo que quería hacer. Ahí sentí el prejuicio, la mirada crítica y la doble lectura que hay entre lo que uno hace y lo que quiere hacer. Lo mismo me pasó con Cibersix, más allá de que a mí me encantó hacerlo, porque yo era ése personaje. Ahí bajé la cortina y estuve casi como tres años sin trabajar.

-¿Fue justo después de Cibersix?
-Sí. No quise saber nada más y me guardé. Me puse a estudiar, no sólo actuación, sino todo aquello que me nutriera y me gustara, y me fui a vivir en contacto con la naturaleza. Fue como cambiar el eje, que no fue fácil, porque en ese momento no sabía cómo iba a seguir. No sabía si quería o no ser actriz, y ni siquiera sabía si podía. Fue un momento de mucha búsqueda.

-¿Te enojaste, la pasaste mal?
-Sí, me enojé y sufrí. Fue de esas crisis creativas que hay que pasarlas, pero me sirvió para nutrirme. Tomé clases de teatro, de canto, de acrobacia, de clown.

-Y cuando volviste fue para hacer Confesiones de mujeres de 30, ¿sentiste que te había llegado el momento de tomarte revancha?
-En realidad lo que sentía era como un volcán dentro de mí. Yo tenía un representante, que es el mismo de ahora y él me decía que me llamaban para hacer cosas, y yo no las quería hacer hasta tanto no estuviera lista. Un día me llaman para el casting de Confesiones de mujeres de 30 y yo no quería ir, pero Alejandra Majluf, que fue mi compañera, me dijo que tenía que hacerlo. Yo estaba internamente preparada, pero desde adentro hacia fuera, sabía que tenía las herramientas para hacerlo, y ahí no tuve más dudas de que quería ser actriz.

-O sea que a partir de ahí, cuando hacías el check in en un hotel ponías actriz.
-(Risas) No, estudiante. Y sigo haciéndolo ahora, me encanta porque como buena canceriana yo soy una eterna estudiante.

-En general, tuviste roles jugados en la ficción. Hiciste de lesbiana en 099 Central, te animaste a hacer Historias de sexo de gente común, ¿te molesta que te convoquen para esos papeles?
-A mí me encantan esos personajes, porque me generan un desafío y una adrenalina, que es precisamente lo que hace que diga que sí. Cuando me ofrecieron hacer de lesbiana en 099 Central era un desafío, pero estaba dentro de un contexto y una tira. Se trataba, fundamentalmente, de contar una historia de amor. El desafío era la historia en sí, después viene lo otro.

-Bueno, pero digamos que hay algo en tu imagen que hace que seas vista casi como una comehombres...
-(Se ríe) Es linda la palabra, pero no me siento una comehombres. Me causa gracia, por ahí podría ser avasallante.

-¿Pero sos consciente de eso?
-Sí, pero lo era más cuando trabajaba como modelo, donde uno genera esa actitud y, a veces, hasta no puede hacerse cargo de lo que genera. Pero hoy por hoy no me siento así, sino cada vez más a tierra y más mujer, no una comehombres. Aunque soy consciente de que tengo un cuerpo muy fuerte, soy una mujer.

-Y decidiste mostrarlo a principios de los ‘90, en Playboy ¿Porqué?
-Salió naturalmente, tenía 21 años y me acuerdo que le dije a mi representante que quería hacer el calendario de Playboy, que en ese momento lo habían hecho Julio Bocca y Eleonora Cassano y tenía como una cosa de prestigio. También estaba muy cansada de la histeria, ya me había mostrado tanto cuasi desnuda que pensé, ¿quieren mirar?, miren. Aparte había un contrato económico potente, con lo cual me cerraba por todos lados. Pero definitivamente el impulso fue ése, el de terminar con las medias tintas.

-¿Lo volverías a hacer?
-Obviamente me lo ofrecieron, pero no hay, hoy por hoy, un para qué, un estímulo, y además no llegamos a un acuerdo económico.

-Pero sí aceptaste desnudarte en La señorita de Tacna, ¿cuál fue el estímulo ahí?
-Sin dudas trabajar con Norma Aleandro. Me acuerdo que cuando me dieron el libro me dijeron que lo leyera y me aclararon que había un desnudo. Y al leerlo descubrí que había una escena con Norma que era de un intensidad muy fuerte, muy dramática y dije éste es el desafío de la obra. No hay nada qué explicar, el desnudo es un cuadro, una puesta en escena para contar la perturbación que produce un personaje dentro de la obra de Vargas Llosa.

-¿El personaje de la película que se estrena ahora, también fue tan soñado y deseado?
-Sí, porque es un personaje muy rico, porque fue muy lindo transitar todo un embarazo en la ficción. Fue un viaje, porque Andrea decide dar a luz en su casa y de manera natural, entonces para todo eso también tuve que prepararme, conectarme con parteras y me encantó.

-Y verte con la panza me imagino que habrá sido muy fuerte...
-Sí. Hay una escena en que los personajes hacen el amor y yo estaba ahí, acostada, con esa panza de látex y pensando “esto es una locura”. Además todos en la filmación me trataban como si estuviera embarazada y eso fue muy lindo. Porque cuando empecé a filmar era Carolina, pero después me convertí en Andrea, el personaje, estaba embarazada, y me dejaban la silla para que me sentara. La verdad es que fue un personaje que me conectó con cosas muy profundas, aunque sean ficción.

-Te veo con muchas ganas de ser mamá...
-Y sí, claro, tengo ganas. Y después de la película mucho más.


Fotos de Yamila Diaz

Yamila Diaz Rahi, (su nombre completo) nació en Buenos Aires, el 9 de Marzo de 1976.
De un dia para el otro, fue descubierta por una agencia buscadora de modelos en Buenos Aires, y eso la llevo a Milan donde comenzó su carrera como modelo. Poco despues apareció en el calendario de Sports Illustrated Swimsuit en 1999, y desde alli todos la buscaban para sus campañas de publicidad.
Apareció en revistas de todo el mundo, incluso Glamour a Cosmopolitan. La firma Victoria´s Secret, la tuvo como una de sus preferidas a la hora de mostrar su lencería.



lunes, 19 de marzo de 2007

Biografia y fotos de Evangelina Carrozo

Evangelina Carrozzo nacio en 1981 en Entre Ríos, actualmente se dedica a bailar en los carnavales, tanto en su ciudad como en otros lugares, a demas es modelo, cantante y estudiante de Argentina.

En el año 2006 fue electa Reina del Carnaval de Gualeguaychú, por lo que luego fue contactada por Greenpeace para liderar una protesta no tradicional en el marco de la EU-Lateinamerika-Karibik-Gipfel (EULAK), una cumbre de presidentes europeos y latinoamericanos realizada en Viena (Austria) el 12 de mayo de 2006, el motívo fue en reclamo por la instalación de plantas de celulosa sobre el margen del Rio Uruguay.

Eva, tuvo exito para ingresar al evento gracias a una credencial de periodista alsa que Greenpeace le otorgó. Una vez en el primer plano de todas las camaras del mundo, desfiló con una pancarta en la que se manifestaba el rechazo a la radicación de las papeleras, con una bikini que utiliza para presentarse en los carnavales. Esto causó revuelo en la prensa y algunos sobresaltos en equipo encargado de la seguridad, quien la alejó del lugar tras su demostración.

Carrozzo tuvo 15 días para preparar su presentación ante los jefes de Estado. Y no fue en vano, ya que al regresar a Argentina, Evangelina fue recibida como una "heroína ecologista".

Tiempo despues realizó varias producciones de fotos para revistas nacionales, para luego participar en "Bailando por un sueño 3" en el programa de television de Marcelo Tinelli "ShowMatch"






Ursula Vargues en revista Gente.

Inició sus estudios en Derecho y dada su belleza, comenzó a hacer comerciales para costearse la carrera.
Eso le abrió las puertas para meterse en el mundo artístico y empezar su carrera en TV. En efecto, durante tres años fue conductora del programa ‘El garage’.
Luego de algunos intentos como actriz, se sumó al panel de ‘Duro de domar’, el programa de humor que conduce Roberto Pettinato. Además fue conductora de ‘Tendencia' y trabajó como actriz en ‘Pensionados y ‘Tres padres solteros'.